Las Consecuencias de los Celos Entre Amigos: «Durante una Reunión, Ella Descubrió Que Habían Visto a Hugo con Otra Mujer»

Carla siempre había sido el alma de la fiesta. Con su sonrisa radiante y su risa contagiosa, atraía fácilmente a la gente. Sus amigas, Adela y Violeta, a menudo admiraban su encanto y belleza, pero bajo su fachada amistosa, se había plantado una semilla de celos.

Carla llevaba casi un año saliendo con Hugo. Su relación parecía perfecta para todos a su alrededor. Hugo era atento, cariñoso y profundamente enamorado de Carla. Sin embargo, Adela y Violeta no podían evitar sentir envidia de la vida aparentemente perfecta de Carla. A menudo susurraban entre ellas, preguntándose por qué Carla siempre parecía tener todo lo que ellas deseaban.

Una noche, durante una reunión casual en el apartamento de Adela, la conversación tomó un giro oscuro. Adela, con una sonrisa astuta, mencionó que había visto a Hugo con otra mujer en una cafetería del centro. Violeta rápidamente intervino, añadiendo que también los había visto juntos en un parque. Las dos amigas intercambiaron miradas cómplices, sus palabras goteando insinceridad.

El corazón de Carla se hundió. Confiaba completamente en Hugo, pero las semillas de la duda habían sido sembradas. Intentó ignorar sus comentarios, pero los pensamientos persistentes no la dejaban en paz. Esa noche, permaneció despierta, repitiendo sus palabras una y otra vez en su mente.

Al día siguiente, Carla decidió confrontar a Hugo. Se encontraron en su café favorito, su mente llena de una mezcla de ira y miedo. Hugo la saludó con su habitual sonrisa cálida, pero Carla no pudo devolvérsela.

«Hugo,» comenzó vacilante, «necesito preguntarte algo.»

Hugo parecía preocupado. «Claro, Carla. ¿Qué pasa?»

Carla respiró hondo. «Adela y Violeta me dijeron que te vieron con otra mujer. ¿Es cierto?»

El rostro de Hugo se ensombreció. «Carla, nunca te haría eso. Te amo.»

Pero la confianza de Carla se había roto. No podía sacudirse la sensación de que había algo de verdad en las palabras de sus amigas. Durante las siguientes semanas, su relación se volvió tensa. Carla se distanció y Hugo no podía entender por qué.

Adela y Violeta observaban desde la distancia, sus celos temporalmente satisfechos por la grieta que habían causado. Continuaron alimentando las dudas de Carla con comentarios sutiles e insinuaciones.

Una noche, Carla decidió seguir a Hugo después de que él saliera del trabajo. Se sentía culpable por espiarlo pero necesitaba saber la verdad. Lo siguió hasta un pequeño restaurante donde se encontró con una mujer que ella no reconocía. Se abrazaron brevemente antes de sentarse a cenar.

El corazón de Carla se rompió. Entró furiosa al restaurante, con lágrimas corriendo por su rostro. «¡Hugo! ¿Cómo pudiste?»

Hugo parecía sorprendido y confundido. «Carla, esta es mi prima, Diana. Está de visita desde fuera de la ciudad.»

Diana se levantó, luciendo igualmente desconcertada. «Lo siento si he causado algún problema.»

Pero ya era demasiado tarde. El daño estaba hecho. Carla no podía creer en la explicación de Hugo. La confianza entre ellos se había roto irreparablemente.

En las semanas siguientes, la relación de Carla con Hugo se deterioró aún más hasta que finalmente decidieron separarse. La otrora vibrante y feliz Carla se convirtió en una sombra de sí misma, consumida por la duda y el arrepentimiento.

Adela y Violeta continuaron con sus vidas como si nada hubiera pasado, sus celos momentáneamente saciados pero dejando un rastro de destrucción a su paso.