«María No Podía Encontrar Paz en Casa: Las Críticas Constantes de Su Marido la Hacían Sentir Inadecuada»
María sabía lo que le esperaba en casa: un marido frustrado y sus constantes quejas sobre sus deficiencias como esposa y madre. Juan solo se ocupaba de los niños un día a la semana, y aun así, era mínimo. Los miércoles, María empezaba a trabajar a las siete, dejando las tareas matutinas a su marido. Él solo tenía que despertar a los niños, darles el desayuno y llevarlos al colegio. Después del trabajo