«Abuela, Mamá Dijo que Tenemos que Llevarte a una Residencia de Ancianos»: Escuché la Conversación de Mis Padres
Lidia iba de camino a recoger a su nieta, sintiendo una rara sensación de alegría. Sonreía continuamente, sus tacones resonando en el pavimento, recordándole sus días de juventud. La razón de su felicidad era que finalmente había conseguido su propio apartamento. El nuevo lugar estaba en un edificio moderno, espacioso y luminoso, aunque solo tenía una habitación. Había tenido que ahorrar diligentemente durante casi dos años porque el dinero de la venta de su casa rural solo fue suficiente para cubrir el pago inicial.